martes, 26 de diciembre de 2017

Origen de Pasar una noche toledana.

Se dice pasar una noche toledana cuando se ha pasado una noche horrible.

En el año 797, era emir de Córdoba Al-Hakam I. En Toledo parece ser que eran algo rebeldes a sus exigencias y sus maneras, de manera que el emir quiso acabar con esta actitud rebelde por la sangre. Para ello mandó a un nuevo gobernador, Amrus.

Este nuevo gobernador debía hacer ver a los toledanos que escuchaba todas sus peticiones para tratar de satisfacerlas. De esta manera pretendía ganarse su confianza. Con el paso del tiempo los nobles de Toledo se confiaron.

Con la excusa de la llegada del prí­ncipe heredero al trono de Córdoba, Abd al-Rahman II,  Amrús invitó a toda la nobleza a su residencia para agasajar con un banquete la visita del heredero. Los nobles fueron sin desconfiar.

La guardia personal del prí­ncipe esperaba tras una puerta por donde iban entrando, uno a uno, los nobles de Toledo. Tras la puerta les esperaba un foso, cavado para tal propósito, donde eran arrojados tras ser degollados.

Fueron degollados muchos (unas crónicas hablan de cientos, otras de miles) hasta que alguien grito:
¡Toledanos, es la espada, voto a Dios, la que causa ese vapor (de la sangre) y no el humo de las cocinas!
Los que todaví­a no habí­an entrado pudieron escapar, pero Al-Hakam I consiguió sus objetivos y Toledo se calmó durante muchos años.



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